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Nombre del autor:Aracely Calle

Cómo reconocer los síntomas de la ansiedad

Cómo reconocer los síntomas de la ansiedad

Cómo reconocer los síntomas de la ansiedad

Cómo reconocer los síntomas de la ansiedad

La ansiedad es un trastorno mental que con el pasar del tiempo se ha vuelto más común, afectando a millones de personas alrededor del mundo. Saber reconocer los síntomas de la ansiedad es el primer paso para buscar ayuda y encontrar estrategias efectivas de manejo. Aquí te proporcionaremos una guía completa sobre cómo identificar los síntomas de la ansiedad y brindaremos información útil para comprender mejor este trastorno.

¿Qué es la ansiedad?

A forma de resumen diremos que la ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones estresantes, es al volverse crónica o desproporcionada, cuando puede convertirse en un trastorno de ansiedad. Puedes aprender más sobre el trastorno de ansiedad aquí.

Síntomas físicos de la ansiedad

Los síntomas físicos de la ansiedad son manifestaciones corporales que pueden acompañar a este trastorno. Cuando una persona experimenta ansiedad, puede experimentar palpitaciones rápidas o irregulares del corazón, sudoración excesiva, temblores, sensación de opresión en el pecho o dificultad para respirar. Además, pueden presentarse síntomas gastrointestinales, como malestar estomacal, náuseas, diarrea o estreñimiento. La tensión muscular, dolores de cabeza frecuentes y mareos también son comunes en personas con ansiedad. Estos síntomas físicos pueden ser intensos y desencadenarse en situaciones estresantes o desencadenantes de ansiedad. Estos síntomas pueden variar de una persona a otra y también dependen del tipo de ansiedad que la persona padezca.

Síntomas emocionales y cognitivos de la ansiedad

Los síntomas emocionales y cognitivos de la ansiedad abarcan una amplia gama de experiencias mentales y emocionales. Las personas que experimentan ansiedad pueden sentir una preocupación constante y excesiva, experimentar irritabilidad o tener dificultades para controlar sus emociones. Además, pueden experimentar pensamientos negativos recurrentes, como anticipar lo peor en situaciones cotidianas. La ansiedad también puede provocar dificultades para concentrarse y tomar decisiones, así como sentimientos de inseguridad, nerviosismo y una sensación general de malestar. Estos síntomas emocionales y cognitivos pueden afectar significativamente el bienestar y la calidad de vida de las personas que sufren de ansiedad.

Síntomas conductuales de la ansiedad

Los síntomas conductuales de la ansiedad pueden manifestarse de diferentes maneras en las personas que la experimentan. Estos síntomas pueden incluir evitar situaciones o lugares que generan ansiedad, tener dificultades para tomar decisiones, buscar constantemente la aprobación de los demás, exhibir comportamientos compulsivos o repetitivos, experimentar dificultades en las relaciones interpersonales debido a la inseguridad o la preocupación excesiva, y presentar cambios en los hábitos de sueño y alimentación. Estos comportamientos pueden ser una forma de intentar controlar o mitigar la ansiedad, pero a menudo pueden afectar negativamente la calidad de vida y el bienestar general. 

Reconociendo la ansiedad en diferentes grupos de edad

Reconocer los síntomas de la ansiedad en diferentes grupos de edad puede ser clave para brindar el apoyo necesario.

  • En los niños, la ansiedad puede manifestarse a través de cambios en el comportamiento, como irritabilidad, dificultades para dormir, miedos intensos y quejas frecuentes de dolores físicos
  • En los adolescentes, los síntomas pueden incluir aislamiento social, baja autoestima, dificultades académicas y cambios en los patrones de sueño y alimentación.
  • En los adultos, la ansiedad puede manifestarse como preocupaciones excesivas, inquietud, problemas de concentración y cambios en el apetito.
  • Por otro lado, en las personas mayores, la ansiedad puede presentarse como síntomas físicos como dolores crónicos, fatiga, insomnio y dificultades para enfrentar cambios o situaciones nuevas.

Es fundamental estar atentos a estos signos y buscar la ayuda adecuada en cada etapa de la vida.

Cuándo buscar ayuda profesional

Buscar ayuda profesional es crucial cuando se padece de ansiedad ya que muchas veces los síntomas interfieren significativamente en la vida diaria de quienes lo padecen.

Si la ansiedad genera un malestar constante, dificulta el desempeño en el trabajo o los estudios, afecta las relaciones interpersonales o provoca un deterioro en la calidad de vida, es recomendable buscar apoyo de un profesional de la salud mental. Los expertos, como psicólogos o psiquiatras, cuentan con los conocimientos y las herramientas necesarias para evaluar y tratar la ansiedad de manera adecuada. Ellos pueden brindar terapia cognitivo-conductual, técnicas de relajación, manejo del estrés y, en algunos casos, medicación si se considera necesario. No es necesario enfrentar la ansiedad solo, buscar ayuda profesional puede marcar la diferencia en el proceso de recuperación y en la adquisición de habilidades para manejarla de manera efectiva.

Si reconoces los síntomas de la ansiedad en tu vida, es fundamental que tomes medidas para buscar apoyo y cuidar tu bienestar mental. Recuerda siempre que no estás solo o sola en esta batalla. Ya sea que busques la ayuda de profesionales de la salud mental, como psicólogos o psiquiatras, o que explores estrategias de autocuidado como la meditación, el ejercicio regular y la adopción de hábitos de vida saludables, recuerda que existen numerosas opciones disponibles para el manejo de la ansiedad.

La ansiedad es un trastorno tratable y, con el apoyo adecuado, puedes aprender a gestionarla y recuperar tu bienestar emocional. No dejes que la ansiedad te limite ni te impida disfrutar de una vida plena. Toma acción y da el primer paso hacia una vida más tranquila y equilibrada. ¡Tu bienestar mental es importante y mereces sentirte en calma y en control!

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Relación entre la ansiedad y la alimentación

Relación entre la ansiedad y la alimentación

Relación entre la ansiedad y la alimentación

Relación entre la ansiedad y la alimentación

La relación entre la ansiedad y la alimentación puede llegar a ser muy compleja y en ocasiones tiene un impacto significativo en nuestra salud tanto física y emocional. Muchas personas recurren a la comida como una forma de hacerle frente a la ansiedad, esto puede generar patrones de alimentación poco saludables, así como emociones y comportamientos negativos. En este artículo, te contaré sobre la relación que existe entre la ansiedad y la alimentación.

La ansiedad y el aumento de apetito

Para entender mejor el tema, hablemos sobre el «comer emocional». Esta frase hace referencia al hecho de recurrir a la comida como una forma de hacer frente a las emociones negativas, como la ansiedad. Durante el tiempo que experimentamos ansiedad, es común sentir antojos de alimentos reconfortantes y poco saludables, como dulces, alimentos altos en grasas o carbohidratos refinados. Estos alimentos tienen la capacidad de brindar una sensación de alivio o satisfacción temporal, debido a que estimulan la liberación de neurotransmisores asociados con el placer, como la dopamina. 

Sin embargo, esta respuesta de tipo emocional hacia la comida puede generar un ciclo negativo debido a que los antojos y la ingesta excesiva de alimentos poco saludables pueden llegar a empeorar los síntomas de la ansiedad, causando sentimientos de culpa y teniendo un impacto negativo en nuestra salud tanto física como mental. Es importante reconocer la conexión entre la ansiedad y los antojos de alimentos reconfortantes para poder desarrollar estrategias alternativas de manejo de la ansiedad que no involucren la comida, como practicar técnicas de relajación, buscar apoyo emocional o participar en actividades que nos brinden bienestar.

La ansiedad y la falta de apetito

La ansiedad, en algunas ocasiones, puede llegar a tener un impacto significativo en nuestra disminución o falta de apetito. Cuando estamos ansiosos, es común experimentar una sensación de malestar en el estómago que puede disminuir nuestro deseo de comer. Puede provocar cambios en los niveles de hormonas y en los neurotransmisores que regulan el apetito, esto causa una disminución de la sensación de hambre. 

Además, la ansiedad puede desencadenar síntomas gastrointestinales, como náuseas o malestar estomacal, esto hace que comer sea menos atractivo. Hay que tener en cuenta que la falta de apetito asociada con la ansiedad puede tener consecuencias negativas para nuestra salud, por lo que es fundamental buscar formas de manejar la ansiedad y asegurarnos de obtener una nutrición adecuada, incluso cuando la falta de apetito sea un desafío. Si la falta de apetito persiste o se vuelve preocupante, es recomendable buscar orientación de un profesional de la salud para abordar adecuadamente el problema.

Los posibles vínculos entre la ansiedad y los trastornos alimentarios

La relación entre la ansiedad y los trastornos alimentarios es muy estrecha. Podemos mencionar la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón como trastornos en los que podemos observar como la ansiedad puede desempeñar un papel desencadenante o contributivo en el desarrollo de los mismos. Las personas que padecen de un trastorno de ansiedad pueden recurrir a comportamientos alimentarios restrictivos, purgas o atracones como una forma de lidiar con sus emociones y sentir cierto grado de control. 

Por otro lado, los trastornos alimentarios también pueden generar ansiedad, esto se debe a que la preocupación obsesiva por la comida, el peso y la imagen corporal generan un ciclo de estrés y ansiedad constante. La relación entre la ansiedad y los trastornos alimentarios es compleja y multifacética, y es fundamental abordar tanto la ansiedad subyacente como los patrones de alimentación desordenados para lograr una recuperación completa. La intervención temprana y el apoyo profesional son fundamentales en el tratamiento de estos trastornos. Abordar tanto la ansiedad como los trastornos alimentarios de manera integral puede ayudar a restaurar la salud física y emocional de las personas afectadas.

Reconocer la conexión entre la ansiedad y la alimentación es el primer paso para encontrar un equilibrio saludable. Para ello habrá que prestar atención a nuestros hábitos alimentarios, elegir alimentos nutritivos y buscar estrategias para manejar la ansiedad, podemos mejorar nuestra salud física y emocional. Recuerda que cada persona es única, por lo que es importante encontrar las estrategias que funcionen mejor para ti. No dudes en buscar ayuda profesional si la ansiedad y la alimentación se convierten en un desafío persistente en tu vida.

Todos somos capaces de encontrar el equilibrio y el bienestar que buscamos.

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Ayudar a una persona con depresión

Cómo apoyar a una persona con depresión

Ayudar a una persona con depresión

Cómo apoyar a una persona con depresión

La depresión es un trastorno mental grave que afecta a millones de personas alrededor del mundo, en ocasiones puede llegar a ser fatal. Si alguien cercano a ti está pasando por un episodio de depresión o padece de este trastorno, es importante que brindes tu apoyo y comprensión. En algunas ocasiones, apoyar a una persona con depresión puede resultar difícil al no saber cómo hacerlo de manera adecuada. A continuación te daré algunos consejos sobre cómo apoyar a una persona con depresión.

Edúcate sobre la depresión

El primer paso para poder brindar un apoyo significativo es entender lo que significa la depresión y cómo afecta a las personas que la padecen. Investiga y aprende sobre los síntomas, tratamientos y desafíos que enfrentan las personas con depresión. Esto te ayudará a comprender mejor lo que está experimentando tu ser querido y cómo puedes ofrecer el apoyo adecuado. Si estás listo para dar el primer paso, ¡te invito a educarte! ¿Sabías que existen varios tipos de depresión?

Escucha sin juzgar

La depresión puede hacer que una persona se sienta aislada y sin esperanza. Una de los aspectos más importantes para apoyar a una persona con depresión es el brindarle a esa persona un espacio seguro donde pueda hablar abiertamente sobre sus sentimientos y emociones. Escucha activamente, muestra empatía y evita juzgar o minimizar sus experiencias. Lo que puede significar una tontería o algo sin sentido para ti, puede significar mucho para otros. A veces, solo el hecho de tener a alguien dispuesto a escuchar puede marcar la diferencia para alguien que se encuentra en un estado de depresión.

Ofrecer apoyo incondicional

Es importante hacerle saber a las personas que padecen de un trastorno de ansiedad que estás ahí para él o ella sin importar qué. En ocasiones, las personas con depresión suelen alejarse o aislarse debido a su enfermedad. El reforzar la idea de que no los abandonarás y que estás dispuesto a brindarles tu apoyo puede marcar la diferencia. La consistencia y la paciencia son fundamentales para ayudar a alguien a través de la depresión.

Anima la búsqueda de ayuda profesional

Aunque tu apoyo puede llegar a ser de gran ayuda, no eres un profesional de la salud mental. Anima a tu ser querido a buscar ayuda profesional, como un terapeuta o psicólogo. La terapia y, en algunos casos, la medicación pueden desempeñar un papel crucial en el tratamiento de la depresión. Puedes ofrecer tu ayuda para encontrar un profesional adecuado y acompañar a dicha persona en el proceso si es necesario.

Aprende a reconocer el lenguaje no verbal

En muchas ocasiones, la persona que padece de un trastorno depresivo puede mostrar su padecimiento a través del lenguaje no verbal. La comunicación no verbal hace referencia a la transmisión de información sin necesidad de hacer uso del habla. Los seres humanos tenemos la capacidad de usar el contacto visual, expresiones faciales, corporales, gestos, posturas y más. Una persona depresiva puede mostrar estas señales, así que es mejor estar alerta. 

El blog de Dra Comunicación nos ofrece información sobre cómo identificar algunas de estas señales.

Ayuda en las tareas diarias

Muchas veces la depresión puede hacer que las tareas diarias más simples se conviertan en todo un desafío. Ofrece tu ayuda con tareas sencillas como la limpieza del hogar, las compras o la preparación de comidas. Este tipo de acciones pueden ayudar a aliviar un poco de estrés y la carga que experimenta tu ser querido. Además, esto le permitirá enfocarse en su recuperación.

Fomenta un estilo de vida saludable

Una alimentación equilibrada, el ejercicio regular y el sueño adecuado son factores fundamentales para una buena salud mental. Anima a tu ser querido a mantener un estilo de vida saludable y ofrécele tu apoyo para establecer rutinas saludables. Puedes acompañarlos en caminatas, cocinar comidas saludables juntos o ayudarles a establecer horarios de sueño regulares.

Sé paciente y comprensivo

Hay que tener en cuenta que la recuperación de una depresión puede llevar tiempo y que habrá muchos altibajos en el camino. Cabe recalcar que el trastorno depresivo no es algo que se pueda superar de la noche a la mañana. Procura ser paciente con tu ser querido y brindarle comprensión en los momentos difíciles. Demuestra que estás ahí para ellos, incluso cuando la recuperación parezca lenta o difícil.

Evita dar consejos no solicitados

Aunque tu intención sea buena, evita dar consejos no solicitados o frases simplistas como «solo sé más positivo», «sal y diviértete», o el famoso “no estés triste”. Estas palabras pueden de una u otra manera minimizar la experiencia de la otra persona, haciendo que se sienta incomprendido/a. Procura  enfocarte en escuchar y ofrecer apoyo emocional sin intentar solucionar el problema.

Cuida de ti mismo

Apoyar a alguien con depresión puede ser emocionalmente agotador. Es importante que cuides de tu propia salud mental y emocional. Busca apoyo en tus amigos, familiares o grupos de apoyo. Establece límites saludables para no sobrecargarte y tómate el tiempo necesario para descansar y recargar energías.

Apoyar a un ser querido con depresión requiere comprensión, paciencia y apoyo incondicional. Edúcate sobre la depresión, escucha sin juzgar y anima a buscar ayuda profesional. Ofrece tu apoyo en las tareas diarias, fomenta un estilo de vida saludable y sé paciente durante el proceso de recuperación. Recuerda cuidar de ti mismo mientras brindas apoyo a tu ser querido. Juntos, pueden superar los desafíos de la depresión y avanzar hacia una vida más saludable y feliz.

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Al otro lado de la linea

Al otro lado de la línea

Al otro lado de la línea

Escrito por Maritza Pinos Sarmiento, Psicóloga Clínica

Me apoyo a mí mismo con el amor de mi familia

– ¿Cuál es su emergencia? – pregunto de forma automática cada vez que atiendo una llamada, pero las voces que responden, siempre me cuentan historias diferentes.
– Les llamo para decirles que me voy a matar.
– ¿Qué le pasó? Cuénteme.
– Nada, solo quiero decirles que me voy a matar.
– Quiero ayudarle, ¿tiene algún problema?
– Nadie me puede ayudar – balbuceó.
– Mi nombre es Santiago. Le escucho, aquí estoy…

En ese momento, mi mente corría a mil por hora, aparecían fugazmente imágenes y las ideas se tornaban confusas, mi corazón latía rápidamente y mis manos comenzaron a sudar, pero no era yo quien necesitaba la ayuda, ese hombre desesperado al otro lado de la línea dependía enteramente de mí. Tenía 50 años y su nombre era Manuel.
Hice una breve pausa, respiré profundamente y seguí. Debía mostrarme tranquilo.


– Quiero que respire conmigo. Inspire… 2… 3… 4… Mantenga…2 …3 …4 Suelte conmigo …6 …7 …8. Ahora cuénteme, ¿Dónde se encuentra?
– Estoy en mi casa, solo. No tengo a nadie.
– Entiendo que en este momento se encuentra solo, ¿vive con alguien más?
– Con mi esposa y mis dos hijos. Deben estar por llegar.

Manuel me había dado información importante, hace tres semanas había perdido su trabajo y se había sumido en un laberinto de ideas pesimistas y emociones negativas, su estado de ánimo no había encontrado ningún motivo para mejorar.

– Este es un buen momento para que se exprese, no voy a juzgarle, frente a todo lo que está viviendo, está en su derecho de sentirse así.
– No sé qué va a pasar, ya no podré mantener a mi familia– me contó mientras lloraba.
– ¿Alguien en su familia sabe cómo se ha sentido?
– La verdad no, bueno mi esposa sabe que he tenido problemas en el trabajo, pero mis hijos no saben nada. Trato de estar bien todo el tiempo y no quiero que me vean así, no quiero preocuparles.

Me sentía cada vez más involucrado mientras el tiempo seguía su marcha y por fin supe que ese sería mi punto de apoyo, su fortaleza estaba en sus lazos familiares, así que era momento de brindarle más recursos. Trabajamos en posicionarlo en tres espacios, su yo padre, su yo niño y su yo adulto. Surgieron diferentes ideas, en momentos no sabía qué decir, pero en medio de las palabras y silencios, él encontró sus propias respuestas y su luz al final del túnel.

– Ahora que comprendo un poco más, veo que siempre ha sido un gran apoyo para su hogar, ¿cree que su esposa y sus hijos estén dispuestos a hacer lo mismo por usted?

Manuel había comprendido que aquello que se guardaba para sí lo estaba desgastando, pues ese motivo que buscaba y que fue tan esquivo en un principio, estaba justo entrando por la puerta.

– Mi familia está aquí… << Justo a tiempo >> pensé.
– Antes de colgar, ¿recuerda lo que acordamos?
– Hablaré con ellos y les pediré cartas de apoyo a cada uno. ¡Ah sí! Cada vez que me sienta mal puedo recurrir a sus fotos que las tengo en mi billetera.
– Recuerde, puede buscar apoyo de un profesional.
– ¡Muchas gracias! – colgó.

Al terminar el turno, recogí mis cosas y me apresuré a llegar a casa, mi hija y mi esposa me esperaban como todos los días, pero esa noche entre risas y anécdotas, yo las abracé fuertemente, pero ellas me sostuvieron.

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10 Estrategias para combatir la ansiedad

10 Estrategias para combatir la ansiedad

10 Estrategias para combatir la ansiedad

10 Estrategias para combatir la ansiedad

La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones estresantes. Sin embargo, cuando se vuelve crónica y afecta nuestra calidad de vida, es importante tomar medidas para combatirla. Afortunadamente, existen estrategias efectivas que pueden ayudarte a manejar y reducir los síntomas de la ansiedad. A continuación exploraremos 10 estrategias que puedes implementar en tu vida diaria para combatir la ansiedad y recuperar tu bienestar.

  1. Técnicas de relajación:
    La relajación es una gran herramienta para reducir la ansiedad. Explora diferentes técnicas de relajación, como la meditación, el yoga o la visualización guiada. Esto te permitirá calmar tu mente, centrar tu atención en el momento presente y aliviar la tensión acumulada en el cuerpo, reduciendo los síntomas de ansiedad.
  2. Practica la respiración profunda:
    La respiración profunda es una de las técnicas de relajación más simples y de las más poderosas para reducir los niveles de ansiedad. Tómate unos minutos al día para desconectar, cerrar los ojos y concentrarte en tu respiración. Inhala lenta y profundamente a través de la nariz, y exhala suavemente por la boca, de este modo serás capaz de calmar tu sistema nervioso y reducir la sensación de tensión.
  3. Establece una rutina de ejercicio físico regular:
    El ejercicio físico no solo es beneficioso para tu salud física, sino también para tu salud mental. Es una excelente estrategia para reducir la ansiedad ya que nos ayuda a liberar endorfinas, que son unas sustancias químicas que se encuentran en el cerebro y que actúan como analgésicos naturales ayudándonos a mejorar nuestro estado de ánimo y reducir la ansiedad. 
    Puedes dedicar al menos 30 minutos al día a realizar alguna actividad que te guste, como caminar, correr, nadar o bailar. Si no dispones del tiempo, la puedes integrar en tu rutina diaria.
  4. Practica la autocompasión:
    La autocompasión implica tratarse a uno mismo con amabilidad, comprensión y respeto en momentos de dificultad. Reconoce tus logros, sé amable contigo mismo y evita la autocrítica excesiva. Esto te ayudará a desarrollar una actitud más positiva hacia ti mismo, reduciendo así la ansiedad.
  5. Busca apoyo en los que te rodean:
    El apoyo de las personas de confianza como amigos, familiares o profesionales de la salud, puede aliviar la ansiedad. Compartir tus experiencias con personas que entienden por lo que estás pasando es beneficioso ya que además de brindarte consuelo, y te ofrece una perspectiva diferente. No tengas miedo de pedir ayuda cuando la necesites, recuerda que como tu, hay muchas personas que padecen de ansiedad.
  6. Cuida tu alimentación:
    La conexión entre la alimentación y la ansiedad es real. Una dieta saludable puede marcar una gran diferencia en tu estado de ánimo y ayudar a reducir el nivel de ansiedad. Prioriza el consumo de alimentos ricos en nutrientes como frutas, verduras, granos y proteínas de origen animal. Evita el consumo excesivo de alimentos procesados, azúcares y cafeína, ya que estos pueden contribuir a los cambios de humor y exacerbar los síntomas de ansiedad.
  7. Limita el consumo de cafeína y alcohol:
    La cafeína y el alcohol contribuyen al agravamiento de los síntomas de la ansiedad. Considera limitar tu consumo de estas sustancias o evitarlas completamente si notas que te afectan negativamente. Opta por alternativas más saludables como agua, infusiones de hierbas o jugos naturales.
  8. Limita el consumo de noticias y redes sociales:
    Al encontrarnos en una era digital, estamos expuestos a noticias y eventos estresantes. Las redes sociales, como todos sabemos, es el lugar donde mostramos nuestra mejor cara y precisamente por eso tendemos a compararnos con los demás. Este exceso de información puede desencadenar o incrementar la ansiedad. Trata de establecer límites en tu consumo de noticias y redes sociales. Elige momentos específicos del día para mantenerte informado y evita la sobreexposición a noticias negativas.
  9. Establece límites saludables y prioriza el autocuidado:
    De vez en cuando hay que aprender a decir «no» cuando sea necesario, establecer límites saludables en tu vida para ayudarte a limitar las cargas y el estrés que estas pueden llegar a causar. Prioriza tu bienestar dedicando tiempo a actividades que te hagan sentir bien, como leer, escuchar música, dar paseos al aire libre o pasar tiempo con tus seres queridos. El autocuidado es esencial para manejar la ansiedad.
  10. Descanso y sueño adecuados:
    El descanso y el sueño adecuados son esenciales para mantener un equilibrio emocional. Establece una rutina de sueño regular, crea un ambiente propicio para el descanso y evita el uso excesivo de dispositivos electrónicos antes de acostarte.

La ansiedad puede llegar a ser desafiante, pero no tienes que enfrentarla solo. El manejo de la ansiedad requiere tiempo, práctica y sobre todo paciencia. Intenta aplicar alguna de estas 10 estrategias para combatir la ansiedad y verás como poco a poco serás capaz de controlar sus síntomas y recuperar tu bienestar. Recuerda que cada persona es única, es por eso que deberás encontrar las estrategias que mejor funcionen para ti.

Si a pesar de aplicar estas estrategias, la ansiedad persiste, afectando de manera significativa tu vida diaria, lo ideal sería buscar ayuda psicológica. Los psicólogos son profesionales especializados capaces de brindarte herramientas adicionales y técnicas de afrontamiento personalizadas. No dudes en buscar ayuda cuando sientas que la ansiedad te sobrepasa.

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Tips para combatir la depresión

Tips para combatir la depresión

La depresión puede llegar a ser una condición desafiante que nos puede llegar a debilitar tanto mental como físicamente. Puede llegar a ser complicada, pero es tratable. Estos son algunos tips para combatir la depresión que te podrán ayudar a controlar tus síntomas:

  • Comunicación: hablar sobre tus sentimientos con personas que se preocupan por ti puede ayudar a reducir la necesidad de aislamiento y aumentar los lazos de conexión. Rodéate de personas que te apoyen y desahógate con aquellas en las que puedes confiar.
  • Actividad física: se dice que la regularidad en la actividad física puede ayudar a mejorar nuestro estado de ánimo y por ende, reducir los síntomas de la depresión. No es necesario ir al gimnasio para ejercitarte, puedes incorporar algún tipo de actividad física en tu rutina diaria, incluso si es solo una pequeña caminata alrededor de la cuadra.
  • Desafía los pensamientos negativos: la depresión puede crear patrones de pensamientos negativos. El tip para desafiarlos está en cuestionar su precisión y enfocarte en los aspectos positivos de tu vida.
  • Cuida de ti mismo: Cuida de ti mismo: cuida tu bienestar físico y emocional durmiendo lo suficiente, comiendo una dieta saludable y participando en actividades que le brinden placer, como salir con tus amigos, ir al cine, escuchar música…
  • Piensa dos veces antes de tomar decisiones: no dejes que tus emociones decidan por ti, no te precipites y espera a sentirte mejor para hacerlo. Considera hablar con alguien de confianza que te pueda dar una opinión sobre lo que piensas hacer, alguien que aporte una visión objetiva sobre la situación.
  • Mantente alejado del alcohol y las drogas: en ocasiones puede ser tentador acudir al alcohol y las drogas para sentirte mejor. Sin embargo, esta sensación se desvanece una vez pasado el efecto que provocan estas sustancias y en ocasiones incluso lo empeora.
  • Busca ayuda profesional: si tu depresión está interfiriendo con tu vida diaria, considera consultar a un profesional de la salud mental. Un terapeuta puede ayudarte a desarrollar estrategias para afrontar la situación.

Recuperarse de la depresión SI es posible, espero que alguno de estos tips te puedan ayudar en este viaje. Recuerda que no eres ni la primera, ni la única persona que padece esta condición. Si te sientes abrumado, habla con un amigo de confianza, un familiar o un profesional de la salud mental para que te apoye.

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tipos de depresion

Tipos de depresión

Tipos de depresión

La depresión es un trastorno mental caracterizado por una tristeza extrema y un estado de ánimo bajo que puede ser causado por factores psicológicos, ambientales, biológicos y genéticos. En ocasiones, la causa puede resultar de una combinación de estos factores. La depresión es una enfermedad grave que afecta tanto física como emocionalmente a quien la padece. Podríamos asumir que los síntomas son siempre los mismos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que existen varios tipos de depresión y cada uno de ellos puede presentar síntomas diferentes. A continuación te cuento cuáles son y cómo reconocerlos.

Trastorno de depresión mayor

Este es el tipo de depresión más grave de todos. Puede traer problemas emocionales y físicos, disminuyendo su capacidad para funcionar en el trabajo y en el hogar. Este trastorno tiene una alta tasa de mortalidad, es de tendencia hereditaria y puede aparecer a cualquier edad.

Síntomas

  • Por lo general estas personas tienden a sentirse tristes y no tener esperanza alguna. Pérdida de interés o placer por actividades que antes disfrutaba.
  • Suelen estar más irritables de lo normal.
  • Alteraciones del sueño que se presentan de diferentes maneras, como por ejemplo despertarse a lo largo de la noche con dificultades para volver a dormir, dificultad para quedarse dormido o aumento excesivo de sueño durante el día y la noche.
  • Pérdida o aumento de peso y la disminución o aumento del apetito.
  • Falta de motivación.
  • Sensación de culpabilidad, inutilidad, o de no aportar nada en la sociedad.
  • Dificultad para pensar, concentrarse o tomar decisiones.
  • Fatiga y pérdida de energía
  • Pensamientos de muerte, que incluyen tanto el miedo a morir como ideas suicidas.
  • Aumento de la actividad física sin un propósito (por ejemplo, incapacidad para quedarse quieto, caminar de un lado a otro, retorcerse las manos) o movimientos o habla lentos.

Una persona con trastorno de depresión mayor podría presentar, entre otros:

  • Aislamiento social o abandono de pasatiempos con los que antes disfrutaba.
  • No querer despertarse por las mañanas, tienden a creer que los demás estarían mejor si no estuvieran vivos, buscan la manera de ponerle fin al dolor que están sintiendo en ese momento. Esto se debe a que las personas con depresión son incapaces de visualizarse disfrutando de la vida sin ser una carga para los demás.
  • Llegar tarde u olvidar citas por falta de energía y de motivación.
  • La fatiga puede hacer que las cosas pequeñas que no nos costaría nada hacer se vuelvan muy difíciles y complicadas de realizar, reduciendo así la eficacia con la que realizaríamos tareas simples.
  • Sentimientos de responsabilidad y culpa sobre acontecimientos del pasado.

Trastorno depresivo persistente distimia

Este tipo de depresión se caracteriza por un cuadro depresivo de intensidad menor al trastorno de depresión mayor. Sin embargo, también presenta un estado de ánimo deprimido durante la mayor parte del día. Se inicia por lo general en etapas tempranas de nuestro desarrollo como la infancia, adolescencia o juventud afectando en nuestra vida social, estudiantil y laboral.

Síntomas

  • Fatiga.
  • Baja autoestima.
  • Poco o mucho apetito.
  • Insomnio o sueño excesivo.
  • Falta de concentración y dificultad para tomar decisiones.
  • Sentimientos de desesperanza.

Trastorno depresivo inducido por una sustancia o medicamento

Esta depresión está asociada al consumo, inyección o inhalación de sustancias como las drogas, la medicación para el tratamiento de un trastorno mental u otra afección médica. Pueden presentarse tanto durante el consumo, como en la abstinencia.

Trastorno depresivo debido a otra afección médica

Este se caracteriza por haber sido causado por otra afección médica que tengan algún tipo de relevancia, etiológica, lo que generará un estado de ánimo deprimido con una disminución de placer e interés a las actividades que realiza.

Ten en cuenta que la depresión es una enfermedad real, por lo tanto debe ser tratada como tal. No eres la única persona que lo padece y por nada del mundo deberías avergonzarte de ello. Con el diagnóstico y tratamiento adecuados la podrás ir superando. Si tienes síntomas de depresión no te quedes callado, habla con tus amigos, familiares, o busca ayuda profesional. Si conoces a alguien que padece de esta enfermedad, intenta platicar con él o ella. Hazle sentir que no está solo/a, que puede confiar en ti y que está siendo escuchado… podrías salvar una vida.

Si tú o alguien que conoces padece de alguno de los tipos de depresión aquí mencionados, no te rindas…

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tipos de ansiedad

Tipos de ansiedad

Tipos de ansiedad

Todos los seres humanos tenemos algo que nos diferencia de los demás. Así como nosotros, los trastornos de ansiedad también tienen características y síntomas diferentes que pueden variar de persona a persona. De acuerdo con  el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) publicado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, los tipos de ansiedad más comunes son:

Ansiedad por separación

La ansiedad por separación es uno de los tipos de ansiedad más comunes en nuestros tiempos. Las personas que lo padecen, por lo general se muestran asustadas o ansiosas ante la separación de la persona por las que siente apego. Es una sensación que va más allá de su control. Se manifiesta en un miedo sobre los posibles daños que pueda sufrir esta persona asi como las situaciones que puedan llevar a perderlas. Tienden a presentar un rechazo a separarse de ellos, y manifestaciones como pesadillas y síntomas físicos de angustia.

La ansiedad por separación se puede desarrollar después de un estrés vital. Por ejemplo, la muerte de una mascota, un familiar, una enfermedad, un divorcio, una mudanza, la migración, etc. También pueden ser heredados.

Síntomas

  • Miedo o ansiedad excesiva que va más allá de su control.
  • Malestar excesivo y recurrente ante el alejamiento de la persona a la que está vinculada.
  • Preocupación por el bienestar de personas por las que sienten apego, sintiendo una necesidad de conocer su paradero, así como el deseo de estar en contacto con ellas la mayor parte del tiempo.
  • Preocupación excesiva y persistente por la posible pérdida de la persona a la que se tiene un apego esto incluye daños por accidentes, enfermedades, e incluso la muerte.
  • Pesadillas repetidas sobre el tema en donde, por lo general, expresan sus propios temores.
  • Síntomas físicos como dolor de cabeza, dolor de estómago, náuseas, vómitos, palpitaciones, vértigos y sensación de desmayo.

Una persona con trastorno de ansiedad podría, entre otros:

  • Evitar salir lejos de casa, por miedo a separarse de la persona a la que siente apego, o salir solo con él o ella.
  • Tener miedo excesivo y persistente a estar solo sin estas figuras de apego.
  • Presentar un retraimiento social, apatía, tristeza o dificultad para concentrarse.
  • En función de su edad pueden experimentar miedo hacia los animales, monstruos, oscuridad, fantasmas, ladrones, secuestradores, accidentes de tránsito, viajes en avión, y todas aquellas situaciones que se perciban peligrosas para la integridad tanto de ellos como de las personas con las que tienen este apego.
  • Baja en su rendimiento social, académico y laboral.

Ansiedad generalizada

El tipo de ansiedad generalizada provoca una preocupación excesiva y anticipada sobre los acontecimientos que están por darse. Es desproporcionada y la probabilidad de que lo que están pensando en realidad suceda puede ser baja o nula. Las personas con este tipo de ansiedad se preocupan todos los días sobre las circunstancias rutinarias de la vida. Sobre las responsabilidades que tienen en el trabajo, en los estudios, en su salud o la de sus familiares, etc. Es muy difícil que el individuo pueda controlar su preocupación dando paso a la aparición de los síntomas.

Síntomas

  • Irritabilidad.
  • Inquietud o sensación de estar atrapado.
  • Facilidad para fatigarse.
  • Dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco.
  • Tensión muscular: pueden aparecer temblores, contracciones nerviosas, inestabilidad y molestias musculares o dolor. Muchas personas con esta ansiedad generalizada. 
  • Síntomas somáticos: sudoración, náuseas, diarrea y una respuesta de sobresalto exagerada.
  • Hiperactividad vegetativa: ritmo cardíaco, es acelerado, dificultad para respirar, mareos, dolores de cabeza
  • Problemas de sueño, que pueden ser la dificultad para dormirse para continuar durmiendo, exceso de sueño o sueño insatisfactorio.

Trastornos y ataques de pánico

En este apartado me gustaría enfatizar la diferencia entre un trastorno de pánico, y un ataque de pánico. Un ataque suele durar de 5 a 20 minutos, o incluso extenderse a algunas horas. Usted tiene la máxima ansiedad aproximadamente 10 minutos después de que comience el ataque. Cuando estos ataques se presentan con mucha frecuencia, son denominados trastornos de pánico. La aparición de los ataques de pánico pueden tener raíces en la infancia, en especial si se han tenido experiencias traumáticas como: abusos sexuales y maltratos físicos. Fumar, el consumo de drogas o medicamentos también contribuyen a la presencia de dichos ataques.

Un ataque de pánico se caracteriza por la aparición de un miedo intenso que puede ser producido desde un estado de calma. Es decir, en donde no hay una señal obvia de desencadenamiento para la aparición de los síntomas. Pueden ocurrir de la nada, o por el contrario, están los ataques de pánico esperados. Para los ultimos existe un desencadenante (situaciones en la que normalmente aparecen). Estos pueden alcanzar su máxima expresión en minutos cuya frecuencia y gravedad varían. Pueden ser diarios, una vez a la semana o por ejemplo dos cada mes.

Síntomas

  • Sudoración.
  • Miedo a morir.
  • Temblor o sacudidas.
  • Sensación de ahogo.
  • Sensación de dificultad para respirar o de asfixia.
  • Palpitaciones, golpeteo del corazón o aceleración de la frecuencia cardiaca.
  • Dolor o molestias en el tórax
  • Náuseas o malestar abdominal.
  • Sensación de mareo, inestabilidad, aturdimiento o desmayo.
  • Escalofríos o sensación de calor.
  • Parestesias que hace referencia a una sensación de entumecimiento o de hormigueo en las diferentes partes del cuerpo.
  • Desde realización que hace referencia a la sensación de irrealidad o despersonalización (separarse de uno mismo).
  • Miedo a perder el control o de volverse loco.
  • Inquietud o preocupación continua acerca de otros ataques de pánico o de sus consecuencias, como perder el control y confundir las palpitaciones con ataques al corazón.

Ansiedad social o fobia social

En un trastorno de ansiedad social o fobia social, el individuo siente miedo o ansiedad ante situaciones sociales. Miedo que surge ante el posible criticismo por parte de otros. Podrían mostrar síntomas como: temblores, sudoración, trabarse al hablar, entre otros. Esto hace que se sientan avergonzados ante los demás y evitan este tipo de situaciones sociales por el temor de ser evaluados negativamente. Además, las personas que lo padecen tienden a menudo a sobrestimar las consecuencias negativas de las acciones sociales. Pueden ser tímidas o retraídas, poco abiertas a las conversaciones y evitan hablar de sí mismas.

Ansiedad inducido por sustancias o medicamentos

Este tipo de ansiedad es provocada a raíz del consumo de sustancias tales como las drogas, medicamentos o toxinas. Los síntomas, generalmente son el resultado de los efectos de la misma. En consecuencia, estos pueden desarrollarse durante, poco después de la intoxicación, o en un estado de abstinencia. 

Algunas de las sustancias que pueden causar este tipo de ansiedad son: el consumo de alcohol, cafeína, canabis, fenciclidina, alucinógenos, inhalantes y estimulantes. Medicamentos como los anestésicos, analgésicos simpaticomiméticos, y otros broncodilatadores, los anticolinérgicos, la insulina anticonceptivos, orales, corticosteroides, medicamentos anti hipertensivos y cardiovasculares, anticonvulsionante, carbonato de litio y los fármacos antipsicóticos y antidepresivos. E incluso pueden ser causados por toxinas y metales pesados, como los gases nerviosos, insecticidas, monóxido de carbono, dióxido de carbono y sustancias volátiles como la gasolina y la pintura.

Ansiedad debido a otra afección médica

Este es uno de los tipos de ansiedad producido por el efecto fisiológico de una enfermedad orgánica, tales como las enfermedades endocrinas, respiratorias, cardiovasculares, cardíacas, trastornos metabólicos, enfermedades neurológicas, entre otras.

Si tú o alguien que conoces padece de alguno de los trastornos de ansiedad aquí mencionados, recuerda que no estás solo…

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